Seis terapias para sanar el trauma infantil
Los comportamientos desequilibrados en
un niño abren la hipótesis de trauma infantil. La efectividad de estas terapias será mayor al combinarlas con un estudio transgeneracional para los padres.
Algunos comportamientos infantiles pueden suponer todo un reto para padres y educadores. Hiperactividad, fobias, conducta desafiante, sueño alterado, falta de apetito, etc. Muchas de estas conductas tienen como detonante uno o varios episodios traumáticos.
Afortunadamente existe actualmente un amplio abanico de enfoques terapéuticos, de los cuales he seleccionado los seis que me parecen más adecuados para niños menores de diez años, teniendo en cuenta que sus habilidades cognitivas son limitadas.
1. Terapia de caja de arena:
Los niños crean escenas en un recipiente con arena, con muñecos y objetos de pequeña escala. La disposición y los elementos escogidos expresan el trauma de de forma simbólica. Puede añadirse la interpretación de un o una terapeuta, aunque el corazón de la terapia es la expresión en sí misma.
Por ejemplo, una niña puede expresar una historia de abusos sexuales como una oveja que no puede escapar de una granja donde un toro le corta el paso.
2. Terapia de arte:
A través de la pintura o el dibujo, los niños pueden expresar lo que les resulta difícil poner en palabras.
Por ejemplo, un niño puede dibujar una tormenta para representar sus sentimientos de enojo o confusión.
3. Terapia de movimiento ocular, desensibilización y reprocesamiento (EMDR):
Se centra en procesar y desensibilizar los recuerdos traumáticos a través de movimientos oculares guiados. El niño o niña expresa emociones en distintas situaciones y los movimientos oculares disminuyen la marca emocional asociada a esos momentos.
Está bastante extendida y reconocida pero no sirve para todos los niños ya que necesita de una colaboración activa que no tienen algunos pequeños traumatizados, además de un conocimiento suficiente del lenguaje y las emociones.
4. Terapia de juego filial:
Los padres aprenden técnicas para jugar terapéuticamente con sus hijos, fortaleciendo la relación y promoviendo la seguridad emocional.
Por ejemplo, un padre puede aprender a jugar juegos que fomenten la cooperación y la comunicación con su hijo.
5. Terapia asistida por animales:
Esta terapia utiliza la interacción con animales entrenados, como perros, gatos o caballos, como parte del proceso terapéutico para tratar el trauma infantil. Puede ser especialmente efectiva para niños que tienen dificultades para expresar sus emociones verbalmente, ya que la interacción con los animales provoca una mayor apertura y desinhibición.
La terapia puede incluir actividades como cuidado de los animales, juegos interactivos, paseos a caballo o simplemente la presencia reconfortante de un animal durante las sesiones terapéuticas.
6. Masaje infantil:
Los niños pequeños tienen un menor desarrollo de sus capacidades cognitivas, por lo que el cuerpo suele ser un mejor acceso a su mundo emocional y su sistema nervioso.
La terapia con masaje para niños es una modalidad terapéutica que utiliza técnicas de masaje suave y adaptadas a la edad como medio para aliviar el estrés, reducir la ansiedad, mejorar la circulación sanguínea y promover la relajación muscular.
Estudio transgeneracional:
Una de las conclusiones que puede extraerse del desarrollo de la ciencia epigenética es que heredamos traumas de nuestros antepasados. Cuando existen síntomas de trauma infantil pero no se conocen hechos para confirmarlo podemos pensar en la expresión de un trauma heredado.
En este caso la combinación de un
estudio del árbol genealógico unido al uso de la Programación
Neurolingüística (PNL) puede ofrecer buenos resultados. La atención
se realiza siempre con uno de los progenitores, y el cambio en su
psiquismo se traslada al niño o niña a través del mecanismo de
fusión emocional dado a conocer por la psicóloga Laura Gutman.
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